Hola a todos, queridos lectores. Quería hablaros de una fascinante anécdota que viví ayer.
Seré breve: ayer me disponía a dar una vuelta por el centro con unos amigos. Nada más, una inocente vuelta. No pretendía comprar nada en absoluto.
Sin embargo, sin venir a cuento, me di cuenta que estaba regresando a mi casa nada más y nada menos que con una SNES debajo del brazo.
Simplemente, la explicación de esto es la siguiente: entrando en una tienda de videojuegos en la que disponían de “segundas manos” vi esta preciosidad (por sólo 40 € y con garantía de funcionamiento – ¡y mando! – ). Me enamoré a primera vista (siempre fue mi máquina Nintendo favorita) y el hecho de que llevara la tarjeta de crédito con fondos encima hizo el resto.
Por fin ha vuelto mi ojito derecho al nido. Muchos os preguntaréis: ¿cómo un gamer nintendero de toda la vida no disponía de tal joya en su colección? Realmente la explicación es sencilla. Me despedí de ella por motivos familiares (digamos que la secuestraron) y no volví a verla nunca más. Ni juegos ni nada. Ahora gracias a este casual encuentro vuelvo a disponer de ella, mi favorita.
Adquirí la consola con mando, otro mando por separado y un juego (el Super Tennis) para testear la consola. Todo en regla. Y ya me ha faltado tiempo para comprar por Ebay el mejor juego de la historia: Super Mario World. En unos días me llegará y ya podré volver a pasármelo en la SNES.
En resumen, estoy feliz de la vida. Es como si mi infancia hubiera vuelto de golpe, ¡y además inesperadamente!
Ir a dar una vuelta y volver con la SNES bajo el brazo es algo increíble.
Me espera un buen futuro comprando juegos por internet hasta llenar mi vitrina. Deseadme suerte.
Salu2
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