«Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas». O más bien no... Más bien: «si tienes tiempo de sobra harás lo que sea para matar el aburrimiento». Ese refrán sería más acertado, sí. Si existiese, claro.
Yendo al asunto principal de este post: quiero compartir con vosotros mi última creación. Se trata de un dispensador automático de hidrogel para tratar de ayudar en lo posible en casa durante estos tiempos inciertos de pandemia que estamos viviendo. La idea es que una persona recién llegada de la calle pueda aplicarse gel para desinfectarse las manos sin necesidad de tocar nada (ni siquiera el propio dispensador). De esa forma lo primero que puede hacer esa persona nada más entrar es higienizarse las manos.
La idea no es nada del otro mundo. No aporta gran cosa. Es más, estos dispensadores ya existen de hace mucho tiempo. Mi intención era hacer una versión casera. De hecho saqué la idea de internet, seguro que alguno la habéis visto:
Tras ver la idea me propuse hacer una versión 2.0 de la misma. Respeté muchos conceptos de la original, como son:
- El bote de café como contenedor. Tras buscar entre miles y miles de posibles candidatos terminé por entender por qué el creador de este dispensador utilizó este contenedor. Y es que cumple con que es un bote de cristal (algunos tipos de plástico sufren degradaciones con la reutilización), que tiene una tapa con superficie suficiente para albergar la electrónica necesaria y que dicha tapa es fácil de perforar.
- El sensor de proximidad infrarrojo. Me planteé usar el sensor de proximidad ultrasónico, pero éste requiere tratamiento de datos. Al igual que en el original, mi propuesta era diseñar un circuito carente de microcontrolador, que fuese electrónica pura y dura. Por esta misma razón descarté el empleo de un sensor que requiere tratamiento de datos.
- Tubo y bomba CC. No busqué muchas alternativas en este campo. Simplemente me gustó el modelo y me lo compré inmediatamente para empezar con las pruebas lo antes posible.
- Una electrónica algo más avanzada para lograr un efecto diferente. En la 1.0 se nos provee con hidrogel todo el tiempo que mantengamos activo el sensor. Yo buscaba algo más parecido a los dispensadores automáticos del mercado: Que tras activar el sensor sólo se dispensara gel durante un determinado tiempo. Pasado este tiempo el motor se detiene y no vuelve a activarse hasta que no salgamos de la detección del sensor y volvamos a entrar en ella. De esta forma una persona que deja accidentalmente la mano puesta no termina por vaciar el contenedor y además pueden controlarse mejor las dosis que se suministran.
- Un acabado más estético. Aunque la 1.0 sea muy práctica y muy fácil de montar, yo he preferido complicarme un poco la vida y apostar un poco por el diseño. No es que haya quedado muy minimalista, pero qué importa, tenía ganas de diseñar en 3D e imprimir, ¿necesito una excusa para eso? La principal idea sobretodo era esconder todos los cables, incluso el tubo de silicona en la medida de lo posible.
- Empleo de pilas en lugar de cable. Normalmente soy contrario a emplear pilas o baterías, pero como lo he diseñado para la casa, he intentado que sea lo más portable posible. Por si alguna vez se quiere situar en un lugar que no tenga enchufe cerca.
- He añadido además un compartimento para rellenar el contenedor, sin necesidad de levantar la tapa del café y llevarnos colgando tubos y cables...
- En lugar de introducir en el tubo un alambre para darle rigidez, he diseñado una guía que llevará el tubo por donde interesa. Así se emplea un elemento externo en lugar de interno, no teniendo que estar en contacto con el líquido higienizante.
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