Obsolescencia programada

Supongo que más de uno habrá oído alguna vez este término. Es algo que se hace cada vez más frecuente a día de hoy. Para los que no hayáis oído nada al respecto, os voy a contar brevemente de qué trata.

Básicamente se trata de fabricar productos de tal manera que su duración sea limitada. Es decir, ya no se hacen las cosas para que duren toda la vida como se hacían antes, por el simple motivo de la rentabilidad.

Por ejemplo ahora si los fabricantes hacen un producto, éste es diseñado para que al cabo de un cierto tiempo (llamado tiempo de vida medio) comience a fallar y sea necesario adquirir otro idéntico o más evolucionado (pero siendo el mismo tipo de producto).

Y todo esto entra en una espiral de la que ya no se puede salir. Porque, pongamos por ejemplo, el caso de un empresario que decida que su empresa va a producir un determinado producto con el objetivo de luchar contra la obsolescencia programada. Dicho producto se vendería muy bien, al tener fama de duradero. Pero pasarían los años y la gente no volvería a comprarlo. Conclusión: el producto no sería nada rentable a la larga. Pero no sólo eso, sino que la competencia se vuelve a beneficiar de ello: aquellos que sigan metidos en la “obsolescencia programada” han vendido sus productos, y seguirán beneficiándose mientras que el que ha renunciado no consigue nada nuevo desde la primera compra. Todo esto por supuesto no es tan sencillo de entender, entran conceptos como la captación y lealtad de los clientes que explican esto mejor, pero por encima esto es lo que sucede.

Y ahora mi reflexión. Sinceramente no creo que esto sea una evolución. Todo lo contrario, es un paso agigantado hacia detrás. Algunos pensaréis: “eso lo dices como consumidor, si fueras el vendedor no dirías lo mismo”. Pues os respondo que: si y no, al mismo tiempo. En realidad, claro que como consumidor me interesa más, pero en el fondo pienso en todas las consecuencias que esto acarrea (en las cuales también pensaría si fuera vendedor). Empezando por la enorme producción de residuos, el riesgo para la salud que puede llegar a suponer en algunos casos, etc. y terminando por lo absurdo que resulta fabricar cosas para que fallen al tiempo. En mi opinión, las marcas buenas deberían ser las que fabrican productos que duran mucho, ya que son las más efectivas.

En resumen esto es todo. Pero como os dije, es sólo mi reflexión. ¿Cuál es la vuestra?

Espero que os haya entretenido.

Salu2

 

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